Esta celebración dura toda la noche con una banda de músicos y las cantoras los participan tes bailan y cantan frente al pesebre y dan sus loas y recitaciones al niño dios.
Ensayos de capitación y transmisión intergenarional de saberes:
esta actividad se realiza con los niños que hacen parte del taller de tareas y escuela de arte y cultura de la fundiciónn, quienes participan en los ensayos de cantos y bailes que las cantoras realizan cada ocho días, además ellas les cuentan historias de la región para motivarlos y asi lograr el inte rcambio de generación en generación de la cultura de la región.
VELORIOS Y NOVENARIOS
Es tradicional en las comunidades afrodescendientes, que cuando una persona fallece tenga una celebración especial, que le permite que desde una cosmovisión propia, se le hagan unos eventos de rogativas propias.
si es un niño, a este se le realiza un bunde, el cual posee un significado muy espcial, como resultado al proceso de esclavización, que mas bien era una celebración porque ese niño no seria esclavo y se iría para el cielo a estar con Dios.
cuando el difunto es una persona joven o adulta, se le hace un novenario con una organizacion mas solemne y con una dedicación especial; esta se realiza en un desarrollo de cada noche hasta completar el dia octavo y el dia noveno se realiza una muy especial, ya que es durante toda la noche. esta involucra rezos, canticos frente a un altar decorado muy especial, que es levantado a la mañana del siguiente dia, con un canto espacial y en una coreografía especifica de mucho significado espiritual, ya que el alma de difunto parte y abandona la residencia para siempre y se va para el cielo.
luego los familiares y amigos que amanecieron en la ultima noche, van al cementerio a llevar las flores y arreglos de la tumba que se levanto en la mañana.
Bunde del Angelito.
Es el velorio de un niño menor de siete años quien al morir, según la
creencia, pasa directamente al cielo por su inocencia y pureza. Tiene rasgos
muy particulares, derivados de la despedida alegre de un niño que abandona la
dura realidad terrenal para convenirse en angelito. En el se canta, se juega y
se baila, y a la par se consume licor; es decir, se bundea al
niño durante la noche que sigue a su muerte.
En los bundes encontramos las mayores posibilidades creativas —dice
Heliana Portes. Algunos se refieren a reminiscencias de un pasado común: Mi
amo me manda para el Chocó/que vida es ésta válgame Dios! Otros son
expresiones eróticas o tienen textos fiesteros. Y éste, por ejemplo, está
relacionado con la vida y la muerte: uno por uno se van muriendo/ dos
por dos los voy reponiendo.
Los bundes son cantos con solo y coro entonados por mujeres, y se
acompañan con un instrumento de percusión —bombo o tambora. Por su denominación
y compás se pueden asociar con los de la costa Pacífica, presentes también en
los velorios de niños y adultos. En esta región costera existen bundes con
textos alusivos a la navidad.
Las Novenas son rogativas hechas durante nueve días después del fallecimiento
de un adulto. Se cantan himnos y se rezan oraciones para que su espíritu sea
recibido en el cielo.
Durante los días de la novena se reza el rosario y se cantan unas tres o
cuatro salves —cuenta doña Zulma—. Con los nueve días que uno reza y canta, va
a asegurarse que descanse el alma. La presencia del alma durante esos días se
siente, porque prácticamente uno no muere sino el cuerpo. Pero entonces el alma
queda viva en la casa o sea que queda pendiente aunque a la persona ya haiga
enterrado. Por eso es que uno la siente por ahí buscando cosas que haiga
guardado. El último día, todos asisten a la novena, también los niños. Se pasa
aguardiente, bananas, pan, café. El día del último o sea, el terminal de la
novena, se viste mejor la tumba que es como un altarcito que se ha hecho en la
casa del finado, con flores y adornos para que la gente admire. Hacia la
madrugada se canta el Ave María, se desbarata la tumba, se abren las puertas y
se hace que la gente se quite de ellas para que salga el alma y
así despena. Después de que se hace la novena y el alma se despena, ya descansa
y no vuelve. (Doña Zulma Mejía, de la vereda de Mingo, entrevistada por Heliana
Portes en 1986.)
Los cantos en las novenas son las Salves. Se ejecutan a capella —sin
acompañamiento instrumental—, con voces femeninas, y rememoran los himnos
cristianos traídos por los misioneros católicos en la época colonial.
Torbellino caucano.

Al escucharlo y verlo bailar, se asocia, de manera interesante, con el
pasillo. Tal parece un pasillo abambucado. Sabemos ya de la cercana influencia
de los indígenas guambiano y páez en esta región. Los grupos negros no son
ajenos a ello y lo evidencian —como en muchas manifestaciones de su folclor— en
el torbellino caucano.
Bambuco’e Plaza.
Las bandas lo dieron a conocer en la región, y era en los parques y
plazas donde hacían sus retretas. De ahí su nombre. Al escuchar la banda, los
habitantes bailaban este aire de bambuco (entrevista Cylena Arroyave, Puerto
Tejada, 1987) que hoy vemos ejecutado por grupos folclóricos. Su paso básico es
el del pasillo, con el carácter negro en los movimientos. Se baila en pareja
agarrada, forma que no se da en el bambuco del resto del país. Se acompaña con
clarinete y bombo.
La Moña:
toque y baile heredado de la Costa Pacífica. Es un juego coreográfico
de parejas en el cual el hombre persigue a la mujer para agarrarle una moña
grande de seda que se ha colocado en la cabeza. Mientras ella baila y huye va
cantando: a la moña jugando a la moña/ que no le ponga la mano a la
moña. Se acompaña con clarinete, platillos y bombo.